El creacionismo progresivo. El último de los modelos propuestos por los evangélicos es el creacionismo progresivo, o teoría de los días-eras. Los que apoyan este modelo sostienen que los días de creación de que habla Génesis 1 connotan periodos superpuestos de tiempo indeterminado. Lo típico de los partidarios de una creación progresiva es señalar la presencia de pasajes en el Antiguo Testamento, donde la palabra "día" significa algo más amplio que un día literal de veinticuatro horas. Hacen notar que entre los sucesos de Génesis 2:7-23 se incluye la puesta de nombre a los animales y las aves, que tuvo lugar al final del sexto "día". Creen que Dios creó diversos prototipos de plantas y animales durante diferentes etapas superpuestas, y a partir de allí, los procesos de microevolución han producido la variedad de flora y fauna que observamos hoy.
Los partidarios de la creación progresiva suelen rechazar la macroevolución y hacer la observación de que los científicos están poniendo cada vez más en tela de juicio "la legitimidad de la extrapolación de las observaciones sobre la microevolución a una macroevolución". También, reconocen que las genealogías que aparecen en la Biblia no tienen intención la construcción de una cronología exacta.
Muchos consideran que Génesis 1 fue escrito desde el punto de vista de un hipotético observador situado en la tierra. El versículo 1 sólo pone de relieve que todo tuvo un verdadero principio, y que Dios es el Creador de todo. El versículo 2 describe la tierra como carente de formas (tales como continentes y montañas) y sin habitantes. Es decir, Dios no creó la tierra con gente ya en ella. Los versículos 3 y 4 hablan de la creación de la luz, sin indicar la fuente. El versículo 5 indica que la tierra rotaba sobre su eje. Los versículos 6 al 8 describen la formación de la atmósfera, con un manto de nube que cubría el océano original.
Los versículos 9 y 10 describen la formación de diversas cuencas oceánicas y la primera masa de tierra, o continente. Los versículos 11 al 13, en una expresión sumaria, hablan de los diferentes actos iniciales de creación de vida en el planeta. Los versículos 14 al 19 proporcionan un relato de la creación del sol, la luna y las estrellas, los cuales habrían sido visibles por vez primera en la tierra, debido al menos a una abertura inicial en el manto de nube. El resto de Génesis 1 revela los distintos actos creativos finales en la creación progresiva de Dios, todos los cuales es posible que hayan tenido lugar al ir pasando el tiempo.
Muchos partidarios de la creación progresiva creen que aun estamos viviendo en el sexto día de la creación y que el día de descanso sabático de Dios tendrá lugar en el estado eterno. Otros creen que estamos en el séptimo día de la creación, porque la palabra "descansó" significa "ceso", y no se indica que haya terminado el día séptimo en Génesis 2:3. No hay nada en la Biblia que indique que Dios está creando nuevos universos en el presente.
Los partidarios de la creación progresiva dicen que, debido a que los cristianos son los administradores de la creación de Dios (Génesis 1:28), y a que "los cielos cuentan la gloria de Dios" (Salmo 19:1), la búsqueda de conocimientos científicos debería estar "orientada hacia Dios", en lugar de estar orientada hacia las cosas, o hacia el conocimiento en sí. Rechazan la perspectiva humanista, mecanicista y naturalista que predomina en la ciencia contemporánea. No obstante, aunque rechacen las filosofías y especulaciones de los científicos naturalistas, están dispuestos a volver a examinar las Escrituras si alguna interpretación previa de la creación se basa en teorías que quedan claramente desacreditadas por los datos descubiertos en la investigación científica.
Estos creacionistas consideran los depósitos fósiles conservados en los estratos geológicos como testigo silencioso del paso de períodos de tiempo más con todo, reconocen que los fósiles, en sí, descienden en línea directa desde los tiempos mas remotos. Con respecto a la teoría de una tierra joven, un partidario del creacionismo progresivo dice: "Puesto que no es capaz de manejar satisfactoriamente una multitud de datos relevantes, el modelo reciente de creación y diluvio universal no puede… explicar una amplia diversidad de fenómenos geológicos."
El creacionismo progresivo tiene tres puntos débiles importantes. En primer lugar, algunos de sus partidarios ponen demasiada confianza en la capacidad de la ciencia para reconocer la verdad. Por ejemplo, Hugh Ross nos presenta una alternativa al "punto de vista de una sola revelación", en el cual la Biblia es la única fuente de verdad con autoridad. En lugar de esto, propone "una teología de doble revelación", en la cual se interpreta la Biblia (una forma de revelación) a la luz de lo que nos dice la ciencia (otra forma de revelación con una autoridad igual a la primera). En resumen, los partidarios de una creación progresiva que proponen este punto de vista tienden a violar el principio de Sola Scriptura de la Reforma. Sin embargo, sí reconocen que "el teísmo cristiano se halla en confrontación directa con el monismo naturalista de la mayor parte de los evolucionistas", y también les preocupa mantener "la integridad bíblica del relato del Génesis". Muchos de estos creacionistas rechazan el punto de vista de otros dentro de su propio campo, quienes sostienen que la revelación de Dios en la naturaleza tiene la misma autoridad que Biblia.
El segundo punto débil del creacionismo progresivo se relaciona con el primero. Cuando sus partidarios rechazan la creación por decreto porque se basan en una ciencia que ellos consideran obsoleta, hay el peligro de que el péndulo se vaya muy lejos en el sentido contrario, trayendo como consecuencia una dependencia excesiva desde el punto de vista hermenéutico de la ciencia actual. Si esto sucede, podría producir una " viuda teológica" (esto es, una interpretación teológica basada en una teoría científica ya abandonada) en la próxima generación. J. P. Moreland, filósofo evangélico, nos recuerda que la ciencia existe en un constante estado de movimiento.
Lo que se considera verdadero hoy, es posible que no sea considerado bajo la misma luz dentro de cincuenta años. Moreland señala que la ciencia ha cambiado tanto en los últimos doscientos años, que no es correcto hablar de un cambio en la forma en que ésta mira al mundo y proporciona soluciones a sus problemas, sino más bien de un abandono absoluto de teorías antiguas, y formas antiguas de ver el mundo, a favor de otras nuevas, aun cuando la terminología permanezca inalterada. Lo mismo les sucederá a las teorías sostenidas actualmente.
El tercer punto débil del creacionismo progresivo consiste en que, una vez que se asignen los estratos geológicos a largas eras de deposición gradual, no queda evidencia clara alguna de un diluvio universal, fuera de la propia Biblia (Génesis 6:7,13,17; 7:19-23; 8:9,21; 9:15-16). Muchos científicos evangélicos que son partidarios de la creación progresiva se atienen a explicaciones de algún tipo sobre un diluvio localizado.
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